EDUCACION FINANCIERA

¿Cuáles son los primeros pasos para comenzar un negocio?

Mi primer emprendimiento: ¿Cuáles son los primeros pasos para comenzar un negocio?

Equipo de Multitud
PARA BANCO SAN JUAN

Desde que se piensa una idea, hasta que se concreta, hay muchos puntos que tener en cuenta para que el plan sea un éxito. En este artículo, te compartimos los pasos a seguir, para buscar el asesoramiento financiero necesario para que las ideas se transformen en algo concreto

Cuando se piensa en una idea de negocio se la suele imaginar en marcha, ya concretada. Como en una publicidad, se la ve como un local a la calle con puertas abiertas y un cartel listo para atraer clientes. O bien, quienes piensan en un producto digital, visualizan una aplicación perfecta con gráficas, logos, y hasta funciones específicas.

Pero especialistas y asesores aseguran que antes de pensar en el local a la calle, la aplicación en el celular o el logo de la marca, se tienen que resolver puntos fundamentales que van a hacer que esa idea se pueda concretar en la realidad y sobre todo sea negocio.

Primer paso: la idea y la competencia

Más que en la idea concretada, en lo primero que hay que pensar es en la idea y su capacidad de realización, es decir, la posibilidad de llevarla a cabo. Para eso, es necesario concretar dos pasos: bajar esa idea a una definición y luego establecer los clientes o consumidores objetivo.

En esta primera instancia es importante definir qué es el producto o servicio que quiero crear y a quién o quiénes está dirigido. De esta definición, salen, por sí solas, muchas otras. Por ejemplo, al saber cuál es el servicio o producto y quiénes quiero que sean los clientes, se puede determinar cuáles serán los mejores canales para la venta o contacto.

Sofía Contreras, fundadora de la Academia de Negocios y productividad, tiene más de diez años de experiencia en el sector emprendedor tecnológico, fundó empresas y hoy asesora a organizaciones a nivel regional. Según Sofía, plantear objetivos claros y ambiciosos es clave: “Tenemos que tener un norte al cual apuntar para que marque el camino”, asegura.

Una vez que la idea está establecida, es importante detectar si ya existe en el mercado y quién o quiénes la llevan a cabo ¿Para qué? No para copiar, sino para diferenciarse. En este paso, es importante que te preguntes ¿Qué cosas nuevas puede aportar mi producto o servicio? ¿Qué es bueno mantener de la experiencia de quienes ya lo ofrecen y qué se debería modificar?

Delineada la idea, el público al que va a estar dirigido y el objetivo del negocio, hay que establecer e investigar el marco legal e impositivo en el que se van a vender los productos u ofrecer los servicios.

La distinción entre venta de producto y oferta de servicio es clave, porque estas actividades suelen tributar de manera diferente. Para el fisco, vender un producto no es lo mismo que ofrecer un servicio profesional. En ese paso, es esencial buscar asesoramiento contable para entender qué impuestos van a alcanzar a nuestra actividad en la primera etapa.

En muchas ciudades de la Argentina, existen exenciones impositivas según el rubro o actividad que se ejerza y el domicilio en que se registre el negocio. Chequeá en tu jurisdicción si algunas de estas posibilidades están disponibles y si aplican para tu idea.

También están los puntos legales ¿Quiero registrar una marca? ¿Necesito reservar un dominio en Internet o bien, crear mis cuentas en redes sociales? Los registros de marca y los dominios suelen tener una inversión inicial y un costo anual de mantenimiento, según el país o jurisdicción.

A los costos legales e impositivos, se debe sumar una lista de bienes, insumos y servicios que creas necesarios como primera inversión. Esta lista permite ordenar prioridades y atender a imponderables.

Tercer paso: el plan de negocios

Una vez evaluada la idea, establecido el universo de posibles clientes y los gastos de apertura, llega el momento de plantear toda esta información en un plan de negocios.

Este documento es lo primero que te van a pedir al momento de pedir financiamiento real para tu proyecto. En términos generales, el plan de negocios se compone de tres grandes bloques, los dos primeros incluyen los pasos mencionados anteriormente: el planteo de la idea, qué problema soluciona o qué facilidades ofrece, a quién o quiénes está dirigido; y el estudio de mercado.

En el tercer paso ya juega el financiamiento: cómo voy a sostener económicamente el negocio, de qué manera pienso financiarlo y si necesito salir a buscar inversores.

Para este paso, existen diferentes alternativas de financiamiento, más allá del capital propio. En primer lugar, las entidades bancarias ofrecen distintos tipos de préstamos orientados a proyectos y emprendimientos, y muchas de ellas, poseen su propio asesoramiento personalizado.

Si te encontrás en un rubro específico, las cámaras de negocio o bien los colegios de profesionales también suelen ofrecer asesoramiento y también, generan espacios de encuentro y networking para establecer alianzas y contactos.

Uno de los modelos más utilizados en el mundo emprendedor es el de las aceleradoras: se trata de entidades privadas que invierten en empresas en surgimiento, conocidas como startups (emprendimientos recién nacidos) y lo hacen a cambio de una participación en el negocio.

Las aceleradoras suelen poner el foco en proyectos relacionados a la innovación y la disrupción, como mencionan algunos, a los “negocios del futuro”. Pero, aunque apuntan al futuro, también apuntan a tener en claro el momento del retorno de inversión, es decir el momento en el que la empresa comienza a generar dinero. Y eso sucede con todos los inversionistas, es por eso que con negocio disruptivo o no, un buen plan es la puerta de entrada al mundo de los negocios.